Título
del artículo: CÒMO TRABAJAR CON
ADOLESCENTES SIN EMPEZAR POR CONSIDERARLOS UN PROBLEMA.
Autor:
Jaume Funes
PREPARADO
POR: MAGDALI ARROYAVE- WILMER ARBOLEDA
RESUMEN
El
artículo describe las crisis en la adolescencia y la necesidad latente por
parte de los educadores de conocer,
entender y abordar la etapa evolutiva por la que atraviesan, teniendo en cuenta
que como profesionales, tenemos el deber de acompañarlos en su proceso,
facilitándoles el hecho de que aprendan, conozcan, tengan opción de
experimentar, el adulto acompaña, debe
estar siempre al lado, disponible frente a lo que pueda suceder, debe tener
capacidad para corregir, motivar, dar ideas, en ocasiones empujar si es el caso
con el fin de lograr reacciones y
cambios en sus vidas, la adolescencia es un proceso que requiere de tiempo,
paciencia, disponibilidad y capacidad de entendimiento, teniendo claro que los
resultados no se podrán ver en el momento sino con el tiempo, dependiendo en
gran medida de la ayuda que como profesionales podamos brindar.
INTRODUCCION
Un aspecto relevante
que propone Funes es el hecho de que la adolescencia como tal no existe, sino
que existen los adolescentes, esta etapa es caracterizada por dos grandes ejes;
en primer lugar un aspecto puramente evolutivo y en segundo plano un aspecto
meramente social.
Concebir la
adolescencia como una condición transitoria , problematizadora y constructiva
es el punto de partida del autor para la construcción de un enfoque de
intervención basado en la orientación, en el acompañamiento.
TESIS DEL AUTOR
La tesis que propone
el autor de manera explícita es “Es importante conocer y entender la
complejidad del mundo adolescente, para lograr desarrollar metodologías
adecuadas que permitan el éxito en cada una de las actividades que se realizan
con ellos, teniendo como punto de partida la necesidad educativa de saber cómo son, para lograr explicar las
razones de su conducta.”(FUNES.2003).
Para argumentar la
tesis el autor propone una línea compositiva en el marco del acompañamiento,
para efectos de las adicciones lo denominaremos “prevención”; en este sentido
señala aspectos relevantes para la intervención-acompañamiento a saber:
a. Conocer los
comportamientos propios de los adolescentes y el fin último de los mismos.
b. Intentar leer
siempre en primer lugar sus conductas en clave de adolescente.
c. Dejar de considerar
la adolescencia como una etapa uniforme, por esta razón se habla de
preadolescencia, adolescencia y postadolescencia.
d. Tener en cuenta
las diferencias de género, ya que los comportamientos entre niños y niñas varían,
se adaptan diferente, se relacionan de acuerdo a sus intereses
particulares y utilizan variadas
estrategias para buscar soluciones a sus dificultades.
e. Dentro de las
estrategias utilizadas para trabajar con ellos, se debe hablar de acompañar, es
decir ir al lado, estar detrás, disponible, dispuesto para realizar las
correcciones formativas que considere necesarias.
f. para comprender la
realidad del adolescente, se debe tener en cuenta el concepto de transición
(Paso de una situación educativa a otra), itinerario (recorrido por las
diferentes etapas), proceso (Sucesos, aprendizajes, experiencias).
g. Se trata de
facilitar que conozcan, que aprendan, que vivan ocasiones en las que puedan
experimentar, sin olvidar que en todo momento necesitan ayuda para llenar sus vacíos
y fortalecer sus actitudes mientras llega el momento de enfrentarse a otra
etapa de su vida.
h. Tener claro como
legado de los maestros, “Tú tarea educativa no es inútil. De momento no se nota
demasiado, pero más adelante podrá comprobar que ha servido”. (Funes, 2003)
IMPORTANCIA SOCIAL
Desde el punto de
vista educativo y preventivo la escuela contribuye al desarrollo de la
identidad y la aceptación de si mismo, la autoestima, la resistencia a la
presión del grupo asi como la promoción de valores y hábitos contrarios al uso
indebido de drogas.
Cuando la escuela
asesora y orienta al adolescente en los distintos aspectos que pasan a ser
preponderantes en su vida y sus relaciones: la sexualidad, el grupo de amigos,
la experimentación de nuevos roles, su identidad personal, su tiempo libre,
etc. cumple su verdadero rol: educar.
Cabe decir entonces :
Educar es Prevenir.
RELACION CON EL TEMA QUE NOS CONVOCA
En todo proceso de
intervención o tratamiento, se debe, en primer lugar conocer la población
sujeto de estudio, u objeto dentro del campo de intervención; este debe
considerarse como un punto de partida obligatorio para entramar toda una línea
de investigación y posterior desarrollo de un programa o proyecto de
prevención.
Para argumentar
cualquier programa de prevención es importante- por no decir obligatorio - conocer, delimitar y contextualizar la
población; este es un hecho indudable y
que en muchas ocasiones se desconoce hasta por los más experimentados
preventologos, en cierta medida el punto
inicial de todo modelo preventivo debe ser el conocimiento de primera mano de
las personas con quien se va a trabajar, en este sentido Funes propone la
adolescencia como etapa transitoria y provisional rica en cambios psicológicos
que conducen a la maduración posterior al darse el paso a la adultez social.
Dentro de esta etapa
evolutiva y social es menester abordar el concepto <<adolescente>>,
si bien es sabido que desde diversas disciplinas se cataloga a los adolescentes
como una etapa problemática , otros autores señalan que la adolescencia ni
siquiera existe , “El adolescente tiene
una gran necesidad de reconocimiento y aceptación para formarse un concepto
positivo de sí mismo”(HOURMILOGUE. 1997);
solo existen los adolecentes; al saber esto se debe adentrar – el preventologo-
en conocer los intereses, horizontes, limitaciones, problemas, fortalezas,
sueños , aspiraciones, intenciones; pues si no se parte de una fundamentación
valedera como la realidad” real” del adolecentes, se estarán diseñando
programas o proyectos de prevención alejados de la realidad enmarcados en
suposiciones y sueños inconclusos.
CONCLUSION
Una de las
característica fundamentales de la prevención debe ser un acompañamiento
maduro, que exige de quien acompaña haber superado en definitiva la etapa del
adolescencia, y haber dejado atrás la concepción de que el ser adolescente es
un problema en sí mismo, que es una etapa para toda la vida e infructuosa a
nivel personal. El adolecente no queda más remedio que acompañarlo en el camino
que el debe recorrer, y si el rol del adolecente es llevar su maleta, el del
educador es llenarla de provisiones.
Prevenir en esta
concepción exige a todo educador tener en cuenta las siguientes consideraciones
a manera de decálogo:
1.
La adolescencia no es un
problema.
2.
Las crisis originada por los
cambio de todo tipo en los jóvenes son necesarias y productivas.
3.
La adolescencia es
provisional y transitoria.
4.
No se debe desconocer el
punto de encuentro de los jóvenes y los adultos, ya que ambos tienen intereses
y sueños diferentes.
5.
Es obligatorio acompañar el
joven a dejar atrás la adolescencia y vincularse al mundo laboral.
6.
Acompañar al joven en las
rupturas, especialmente por dilatación, fragmentación, vacío y por estancamiento.
7.
Diferenciar la psicología y
biología propia de los adolecentes, especialmente en el género.
En
conclusión la prevención va de la mano de la problematización de los
adolecentes, no porque sean un problema sino porque se encuentran en una etapa
problemática.
SUGERENCIAS
El autor
señala importantes relaciones entre la psicología y la bilogía en los
adolescentes poniendo de manifiesto que la problematización de esta etapa se da
de manera inherente a la misma condición natural del ser humano siempre
cambiante.
De esta
lectura queda en el aire algunas consideraciones a tener en cuenta para futuras
reflexiones:
La adolescencia
es un paso obligatorio hacia la adultez, de una adolescencia vivida satisfactoriamente,
se deriva una adultez vivida responsablemente.
La prevención
va de la mano con la educación, siendo ésta última la base de la primera; para
ello la aprehensión de los cambio neurobiológicos y psicológicos no deben escandalizar
a los padres y maestros.
Las
instituciones y el estado deben abrir espacios para el conocimiento y la exploración
personal y grupal.
Los padres
y los educadores deben permanecer en su rol de orientadores y guías, no perder
su status por moda o ganar una pseudo-credibiliadad y actualidad en el mundo
joven.
La responsabilidad
de una adolescencia depende en gran medida de la sociedad, pero principalmente de
la familia, pues en efecto cada adolescente es el resultado, la radiografía de
cada familia y cada sociedad.
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